Irlanda da un gran revés a la Europa del capital
Irlanda ha rechazado hoy el Tratado de Lisboa y el proyecto de Europa que éste representaba. Con este rechazo, los irlandeses -los únicos que han podido votarlo gracias a su mandato constitucional- han dado un gran revés a la Europa del libre mercado, que crece dando la espalda a ciudadanos.
Tras el NO francés y holandés al Tratado Constitucional, ahora ha sido Irlanda la que se ha plantado a este modelo de construcción Europea. El eurodiputado de Izquierda Unida Willy Meyer saluda "la valentía de los irlandeses al oponerse al texto pese a que el conjunto de la Unión Europea y sus Estados miembros tenían la mirada puesta en Irlanda".
Para Meyer "el resultado evidencia la falta de legitimidad y el déficit democrático con el que nació el Tratado Lisboa, y denuncia que no se haya podido ratificar por referéndum en el resto de países europeos por miedo a que se repitiera lo ocurrido en Francia y Holanda". A su vez ha querido hacer un llamamiento a los países que aún tienen que ratificar el Tratado vía parlamentaria -como es el caso de España- para que tomen ejemplo del pueblo irlandés y no avalen con el voto favorable la construcción de una Europa que antepone los intereses del mercado a los principios de una Europa social". En este sentido, el eurodiputado ha anunciado que solicitará al Presidente del Gobierno español José Luís Rodríguez Zapatero que se realice un referéndum vinculante en España, puesto que el resultado irlandés muestra que entre la ciudadanía europea existe un verdadero rechazo al contenido y a las formas en que se ha pretendido aprobar el Tratado de Lisboa."
En la palabras de Meyer: "el peligro al que se enfrentan los ciudadanos europeos es que la Unión Europea ante el escenario creado por el NO irlandés, cree una excepción en la aplicación del Tratado, dando la espalda, una vez más, a la opinión de los ciudadanos de un Estado miembro".
Willy Meyer ha insistido en que "la redacción de cualquier proyecto de nuevo Tratado debería emanar de una Asamblea Constituyente, elegida por sufragio universal directo de los ciudadanos de todos los Estados miembros y con mandato para ello." "Es el momento de relanzar un nuevo proyecto constituyente para Europa, donde los ciudadanos sean los protagonistas y donde prevalezca la verdadera construcción de una Europa social.
Tras el NO francés y holandés al Tratado Constitucional, ahora ha sido Irlanda la que se ha plantado a este modelo de construcción Europea. El eurodiputado de Izquierda Unida Willy Meyer saluda "la valentía de los irlandeses al oponerse al texto pese a que el conjunto de la Unión Europea y sus Estados miembros tenían la mirada puesta en Irlanda".
Para Meyer "el resultado evidencia la falta de legitimidad y el déficit democrático con el que nació el Tratado Lisboa, y denuncia que no se haya podido ratificar por referéndum en el resto de países europeos por miedo a que se repitiera lo ocurrido en Francia y Holanda". A su vez ha querido hacer un llamamiento a los países que aún tienen que ratificar el Tratado vía parlamentaria -como es el caso de España- para que tomen ejemplo del pueblo irlandés y no avalen con el voto favorable la construcción de una Europa que antepone los intereses del mercado a los principios de una Europa social". En este sentido, el eurodiputado ha anunciado que solicitará al Presidente del Gobierno español José Luís Rodríguez Zapatero que se realice un referéndum vinculante en España, puesto que el resultado irlandés muestra que entre la ciudadanía europea existe un verdadero rechazo al contenido y a las formas en que se ha pretendido aprobar el Tratado de Lisboa."
En la palabras de Meyer: "el peligro al que se enfrentan los ciudadanos europeos es que la Unión Europea ante el escenario creado por el NO irlandés, cree una excepción en la aplicación del Tratado, dando la espalda, una vez más, a la opinión de los ciudadanos de un Estado miembro".
Willy Meyer ha insistido en que "la redacción de cualquier proyecto de nuevo Tratado debería emanar de una Asamblea Constituyente, elegida por sufragio universal directo de los ciudadanos de todos los Estados miembros y con mandato para ello." "Es el momento de relanzar un nuevo proyecto constituyente para Europa, donde los ciudadanos sean los protagonistas y donde prevalezca la verdadera construcción de una Europa social.