La Asamblea de Estudiantes contra Bolonia de Madrid se encierra indefinidamente en el Rectorado de la Universidad Complutense
Según ha declarado a 3i un portavoz de la Asamblea, pretenden también que el Secretario de Estado de Universidades, Marius Ribiralta cumpla su palabra y acceda a un debate público sobre el Proceso de Bolonia, a lo que se comprometió el curso pasado.
También han indicado que el encierro se hace también “en solidaridad con las y los compañeros y compañeras expulsadas por la Universidad Autónoma de Barcelona y con las y los compañeros y compañeras de Valencia” siendo otra de las exigencias “la retirada de los expedientes y anulación de las expulsiones”.
Desde que comenzó el encierro los y las encerradas están esperando la comparecencia del rector complutense Carlos Berzosa para exponerle las reivindicaciones y las condiciones del encierro. Durante la espera se ha realizado una rueda de prensa a la que han acudido algunos medios, donde se ha leído la tabla de reivindicaciones.
En las paredes del Rectorado han sido colgadas pancartas donde se puede leer "No a Bolonia" ,"No a la LOU" , "Por una universidad pública y no mercantilizada".
Nota de prensa enviada por la Asamblea de Estudiantes contra Bolonia de Madrid
Los estudiantes madrileños se encierran en el Rectorado de la Universidad Complutense de Madrid
Alrededor de las 19 horas, y sin haberse producido ningún tipo de altercado, los estudiantes madrileños han entrado al Rectorado de la Universidad Complutense de Madrid. Convocan a un encierro indefinido que no se levantará hasta que sus reivindicaciones sean escuchadas.
Los estudiantes acaban de tomar el Rectorado de la Universidad Complutense de Madrid, sin haberse producido altercados de ningún tipo. Ataviados con sacos y esterillas, los estudiantes afirman defender con su encierro instituciones y organismos públicos que están siendo atacados, pues resulta necesaria su protección.
La Asamblea de Estudiantes reivindica la convocatoria de una consulta vinculante en el seno de la comunidad universitaria, con jornadas de paralización oficial de las clases para el debate; la no aprobación de más propuestas de titulaciones adaptadas al nuevo plan, así como la paralización de las ya aprobadas y no aplicación (de entrada) para el curso que viene, hasta la celebración de la consulta; la eliminación del mínimo de alumnos como requisito para el mantenimiento de las titulaciones; el cumplimiento de los acuerdos del Claustro en lo relativo al máster de formación del profesorado, es decir, la creación de una comisión interdisciplinar que plantee una alternativa congruente al citado máster; y la retirada de los expedientes y anulación de las expulsiones de los compañeros de Barcelona y Valencia.
El Movimiento No a Bolonia se compromete así de manera completa con la defensa de la educación superior pública, por lo que su meta es parar una reforma que consolida el elitismo y segregación económica en el acceso a la educación, la pérdida efectiva de la autonomía universitaria, la desaparición en la práctica de la libertad docente, la ausencia total de procedimientos democráticos, el trasvase de conocimientos al sector privado, la implantación de un modelo de créditos (ECTS) que impide compaginar estudio y trabajo, la eliminación de filologías, o la reducción de estudios de ciencia básica y, en general, de todas las carreras de perfil más teórico, la reducción de clases magistrales, o el desplazamiento de los contenidos educativos (de la educación y la cultura, por tanto), a favor de las habilidades y competencias, y la pérdida, al fin, de la educación como servicio público.
Los estudiantes movilizados consideran básica la derogación de la legislación que aplica Bolonia en nuestro país para la apertura de un debate social amplio, especialmente en el ámbito universitario, desde el que construir la universidad pública que la sociedad en su conjunto pretenda.