Izquierda Unida presenta las líneas básicas de su propuesta de Reforma Electoral que planteará en la subcomisión que se va a crear en el Congreso
El coordinador general y diputado de IU, Gaspar Llamazares, ha dado a conocer las motivaciones y líneas básicas de la propuesta de esta formación para abordar una futura reforma de la Ley Electoral (LOREG). Éstas son fruto de la larga reivindicación que IU mantiene sobre este tema desde hace más de 20 años y serán defendidas en el seno de la futura subcomisión parlamentaria que se creará en el Congreso de los Diputados, en el seno de la Comisión Constitucional, tras haber aceptado de nuevo el Gobierno su creación.
IU y PSOE ya intentaron crear la legislatura pasada esta subcomisión, tras el acuerdo alcanzado en la reunión mantenida en Moncloa entre el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, y Gaspar Llamazares el 26 de julio de 2005.
En el acuerdo final concretado entre los Grupos Parlamentarios de IU-ICV y Socialista –que fue calificado favorablemente por la Mesa del Congreso el 29 de noviembre de 2005- ) se certificó la creación de esa subcomisión parlamentaria no permanente para que, en 6 meses desde su constitución, estudie y proponga una reforma del sistema electoral. Esta reforma debería mejorar la proporcionalidad en la distribución de los escaños a partir de los votos logrados en futuras elecciones.
Llamazares destaca la evidencia de que “el actual sistema que recoge la Ley Electoral origina un gran número de votos perdidos, teniendo un índice de proporcionalidad muy bajo. Además, hay una sobrerrepresentación de las provincias con menor número de población sobre el resto. Con este sistema, Izquierda Unida -tercera fuerza nacional con cerca de un millón de votos en las pasadas Elecciones Generales, pero sexta en número de escaños en el Congreso-, es la formación que más sale perjudicada, como reconocen históricamente el resto de partidos estatales y de ámbito nacionalista, pero que hasta el momento se han negado a afrontar una reforma en serio de estas disfunciones alegando necesidades de llegar a un consenso previo para dilatarlo sine die .
Para el máximo dirigente de IU, “un sistema electoral democrático se aleja de su raíz si aquella correlación entre votos y escaños queda gravemente distorsionada y este es el caso que pretendemos resolver. Ante esa situación, la legitimidad democrática, nacida de los votos populares, se ve frustrada por un sistema electoral que permite ese grado de disfuncionalidad y de ruptura del mínimo sentido de proporcionalidad exigible”.
Si el Congreso es la Cámara de representación política de los ciudadanos españoles -frente al Senado, que debe ser la Cámara de representación territorial-, el sistema electoral debe conseguir una Cámara en la que la representatividad política no haya sigo generada con distorsiones que perjudiquen a aquellas fuerzas políticas de ámbito estatal pero con un electorado más disperso.
Por todo ello, Izquierda Unida presenta las líneas básicas para alcanzar una reforma de la Ley Electoral que corrija las disfunciones actuales y abrir el debate entre todos los Grupos Parlamentarios. Esta propuesta no implica necesariamente la obligatoriedad de reformar la Constitución, ya que ésta ya prevé cambios en este sentido.
Izquierda Unida, como así consta en los estudios que ha elaborado sobre esta materia y de los que viene dando cuenta desde hace años, destaca que ninguna formación política, ni estatal ni de ámbito nacionalista, resulta particularmente perjudicada por los cambios planteados, que sólo tienen por objeto adecuar los votos logrados por cada uno a la representación final que se obtenga.
1.-Aumento a 400 del número total de escaños.
El art. 68.1 de la Constitución permite ampliar a un total de 400 los escaños del Congreso. Esto podría facilitar la igualación del valor de cada voto en relación con la conquista de un escaño si se combina con una distinta fórmula electoral. Asimismo, desde la aprobación de la Ley Electoral la población española ha aumentado considerablemente y, de esta forma, la nueva representación será más proporcional a la población actual.
2.- Límite de circunscripción.
El art. 68 de la Constitución establece que la circunscripción electoral es la provincia, designando un mínimo de escaños para cada una de ellas que, posteriormente, la Ley Electoral fija en dos. De esta forma quedan ‘inmovilizados’ por ley un total de 102 escaños (100 para las 50 provincias, más 2 para Ceuta y Melilla) y tan sólo 248 se distribuyen realmente en función de la población.
IU considera que la división provincial, que data del siglo XIX, es anacrónica en nuestro Estado autonómico actual, por lo que se considera mucho más adecuada la circunscripción autonómica. No obstante, en el caso que nos ocupa, consideramos mucho más adecuado que el mínimo de escaños por provincia se reduzca a 1, pasando el resto a distribuirse en función de la población. Así se ‘liberan’ 50 escaños y se sustituye el ‘peso de las hectáreas por el de las personas’.
3.- Creación de una ‘bolsa’ o fondo estatal de restos.
Izquierda Unida considera que debe crearse este sistema de ‘bolsa’ o fondo estatal único de los votos restantes a cada formación, una vez distribuidos el número de escaños que finalmente se designe entre el número de circunscripciones que se decidan. Es decir, una vez que cada formación haya recibido una asignación de su último escaño por una circunscripción, los votos sobrantes irán a esa bolsa general a la que se aplicará la misma fórmula electoral que en el resto de circunscripciones anteriores para proceder al reparto de escaños que se hayan apartado para tal fin. Este número podría ser el de los 50 nuevos, tras ampliar de 350 a 400 los escaños.
4.- La fórmula electoral
La fórmula St. Lagüe es una de las que mejor cumple todas las propiedades de un sistema electoral proporcional cuando se aplica al tamaño de las circunscripciones que hoy establece nuestra Constitución. Se mejora considerablemente la representatividad de la Cámara y, por tanto, tiende a situar al tercer partido en la posición de tercera fuerza parlamentaria. El cambio es muy sencillo, ya que se trata simplemente de pasar de unos divisores 1, 2, 3, 4, como hasta ahora establece el método D´Hondt, a otros con una sucesión de 1, 3, 5, 7, 9, tal y como señala St. Lagüe.