De la crisis a las 65h, del conflicto laboral al SOCIALISMO

Vivimos tiempos críticos, vivimos tiempos de crisis.

Una crisis que comenzó en el sistema financiero norteamericano ha llegado a contagiar al sistema productivo con los efectos que todos sabemos: expedientes de regulación de empleo, empeoramiento de las condiciones de trabajo, congelación de los salarios, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, cierre de empresas, incremento galopante del desempleo, …

La crisis que han provocado otros la pagan los de siempre: los trabajadores y trabajadoras.

Es una crisis que no sólo se debe a la codicia de los especuladores que operan en el sistema bancario, creando productos financieros carentes de valor; no sólo se trata de una crisis provocada por los movimientos especulativos en las empresas de Internet, en un primer momento, por el abaratamiento del crédito, "hipotecas basura", por la entrada de movimientos especulativos en materias primas, petróleo, alimentos, …; con retribuciones de ejecutivos y directivos fijados por el valor de la empresa en bolsa. Es mucho más que eso, es una crisis provocada y auspiciada por el sistema capitalista, que ha puesto el capital a merced del mercado financiero, olvidándose de quienes generan esa riqueza: la clase trabajadora.

El capitalismo es el culpable de una fuerte crisis a la que no se le ve el final, en la que el Estado ha preferido ir parcheando la situación con medidas que se les ha ido ocurriendo con el efecto de socializar las pérdidas.

¿Cuándo se socializarán los extraordinarios beneficios que han obtenido las empresas de construcción, inmobiliarias o petroleras?

Desde el Partido Comunista de España, como partido anticapitalista, proponemos para afrontar la crisis desde la clase obrera:

La economía debe estar al servicio de la sociedad y no ésta al servicio de la economía como viene ocurriendo hasta ahora.
Lucha contra los despidos, los cierres y las deslocalizaciones de las empresas.

La lucha por el pleno empleo es ahora más necesaria que nunca.

Desarrollo de los sistemas de protección social públicos que han demostrado su insuficiencia a todos los niveles.

Es el momento de defender a los más débiles y desprotegidos, de articular sus demandas de exigir, alto y claro, nuestros derechos como trabajadores, como ciudadanos.

Defensa de los servicios públicos, —educación, sanidad, transportes, …—, que en estos tiempos de crisis es cuando precisan de presupuestos que afronten su mejora, su profundización y su ampliación.

No a su privatización. No a la gestión privada.

Las empresas que gestionan los servicios públicos buscan los beneficios para los inversores, no pretenden la calidad, la mejora de la cobertura y la generación de nuevos servicios.
Políticas que fomenten la solidaridad de clase con los inmigrantes y combate contra la xenofobia, el racismo y la explotación laboral de las que son objeto.
Democracia económica, entendida como democracia de los trabajadores. Se debe intervenir en la organización del trabajo en las empresas y en el reparto de los beneficios entre los trabajadores. Es una cuestión de justicia social.