Crónica de la concentración por la recuperación de la Carcel de Carabanchel
Más de 1.500 personas solicitan en el interior de la cárcel que se salve una parte para la memoria y que no se especule con los terrenos
La cárcel de Carabanchel ha sido ocupada por numerosos vecinos y expresos que han protagonizado un emotivo acto para solicitar que no se especule con los terrenos de la cárcel de Carabanchel, que se dediquen en su totalidad a la construcción de equipamientos y que parte del viejo edificio se dedique para construir un centro cultural vinculado a la paz, los derechos humanos y la memoria histórica.
En el acto ha intervenido Gervasio Puerta, Presidente de la Asociación de Expresos y Represaliados Políticos Antifranquistas, Marisa Castro, Presidenta de Honor de la Asociación de Expresos Sociales, Carmen Rodríguez, compañera de Simón Sánchez Montero, y Víctor Díaz Cardiel, expreso político y portavoz de la Plataforma. El momento más emotivo fue cuando Marcelino Camacho, junto a su compañera Josefina, se dirigieron a la gente concentrada en la cúpula central de la cárcel de Carabanchel.
COMUNICADO DE LA CONCENTRACIÓN
Como es bien sabido, la madrileña cárcel de Carabanchel fue uno de los lugares emblemáticos de la represión que el pueblo español sufrió durante los largos años de la dictadura franquista. Entre sus rejas se encarceló, vejó, torturó y asesinó a miles de presos, por sus ideas políticas o sindicales, por sus preferencias sexuales o víctimas en general de los humillantes y antidemocráticos códigos y leyes represivas. No fue el único lugar, pero sí de los más tristemente conocidos.
Son numerosos los países que, habiendo sufrido los rigores de regímenes dictatoriales, han dedicado algunos de sus centros de tortura y exterminio como muestras vivientes de lo que nunca debe volver a ocurrir. La Alemania de Hitler, la Italia de Musolini, el Portugal de Salazar, el Chile de Pinochet, la Argentina de Videla, la Sudáfrica de Botha, etc. son algunos de los países en los que no se han destruido del todo los vestigios de un pasado abominable, y hoy se han convertido en lugares de recuperación de la memoria histórica, y donde rinden honores los jefes de estado en sus visitas.
Si no logramos evitarlo, la cárcel de Carabanchel será derribada próximamente como cumplimiento del acuerdo que el pasado mes de junio firmaron el Ministerio del Interior y el Ayuntamiento de Madrid a espaldas de los vecinos que desde hace más de quince años mantienen una lucha incesante para lograr que los terrenos de la antigua prisión sirvan para atender sus necesidades sociales a través de la construcción de equipamientos y especialmente un hospital público.
Pero los planes del Ministerio del Interior pasan por la construcción de 650 pisos con los que pretende obtener suculentos beneficios económicos a través de especular con la venta de un suelo público, y la primera consecuencia de ello será la demolición de toda la vieja estructura de cárcel, para no dejar más rastro de aquel centro que un simple monolito. Creemos que la memoria y reparación de los que aquí y en otros lugares padecieron la represión franquista durante largos años, se merece algo más que un simple monumento, pues de lo que se trata es que las generaciones venideras no olviden nunca lo que pasó y no debe volver a repetirse. Mientras permanecen centenares de símbolos de ostentación franquista en las calles españolas, pretenden enterrar toda prisa en una gran fosa común, la historia cruel del fascismo, de la que esta cárcel es uno de sus máximos exponentes.
Por todo lo anterior solicitamos:
1. La paralización del derribo de la cárcel de Carabanchel.
2. La anulación del protocolo de intenciones firmado entre el Ministerio del Interior y el Ayuntamiento de Madrid el pasado mes de junio.
La cárcel de Carabanchel ha sido ocupada por numerosos vecinos y expresos que han protagonizado un emotivo acto para solicitar que no se especule con los terrenos de la cárcel de Carabanchel, que se dediquen en su totalidad a la construcción de equipamientos y que parte del viejo edificio se dedique para construir un centro cultural vinculado a la paz, los derechos humanos y la memoria histórica.
En el acto ha intervenido Gervasio Puerta, Presidente de la Asociación de Expresos y Represaliados Políticos Antifranquistas, Marisa Castro, Presidenta de Honor de la Asociación de Expresos Sociales, Carmen Rodríguez, compañera de Simón Sánchez Montero, y Víctor Díaz Cardiel, expreso político y portavoz de la Plataforma. El momento más emotivo fue cuando Marcelino Camacho, junto a su compañera Josefina, se dirigieron a la gente concentrada en la cúpula central de la cárcel de Carabanchel.
COMUNICADO DE LA CONCENTRACIÓN
Como es bien sabido, la madrileña cárcel de Carabanchel fue uno de los lugares emblemáticos de la represión que el pueblo español sufrió durante los largos años de la dictadura franquista. Entre sus rejas se encarceló, vejó, torturó y asesinó a miles de presos, por sus ideas políticas o sindicales, por sus preferencias sexuales o víctimas en general de los humillantes y antidemocráticos códigos y leyes represivas. No fue el único lugar, pero sí de los más tristemente conocidos.
Son numerosos los países que, habiendo sufrido los rigores de regímenes dictatoriales, han dedicado algunos de sus centros de tortura y exterminio como muestras vivientes de lo que nunca debe volver a ocurrir. La Alemania de Hitler, la Italia de Musolini, el Portugal de Salazar, el Chile de Pinochet, la Argentina de Videla, la Sudáfrica de Botha, etc. son algunos de los países en los que no se han destruido del todo los vestigios de un pasado abominable, y hoy se han convertido en lugares de recuperación de la memoria histórica, y donde rinden honores los jefes de estado en sus visitas.
Si no logramos evitarlo, la cárcel de Carabanchel será derribada próximamente como cumplimiento del acuerdo que el pasado mes de junio firmaron el Ministerio del Interior y el Ayuntamiento de Madrid a espaldas de los vecinos que desde hace más de quince años mantienen una lucha incesante para lograr que los terrenos de la antigua prisión sirvan para atender sus necesidades sociales a través de la construcción de equipamientos y especialmente un hospital público.
Pero los planes del Ministerio del Interior pasan por la construcción de 650 pisos con los que pretende obtener suculentos beneficios económicos a través de especular con la venta de un suelo público, y la primera consecuencia de ello será la demolición de toda la vieja estructura de cárcel, para no dejar más rastro de aquel centro que un simple monolito. Creemos que la memoria y reparación de los que aquí y en otros lugares padecieron la represión franquista durante largos años, se merece algo más que un simple monumento, pues de lo que se trata es que las generaciones venideras no olviden nunca lo que pasó y no debe volver a repetirse. Mientras permanecen centenares de símbolos de ostentación franquista en las calles españolas, pretenden enterrar toda prisa en una gran fosa común, la historia cruel del fascismo, de la que esta cárcel es uno de sus máximos exponentes.
Por todo lo anterior solicitamos:
1. La paralización del derribo de la cárcel de Carabanchel.
2. La anulación del protocolo de intenciones firmado entre el Ministerio del Interior y el Ayuntamiento de Madrid el pasado mes de junio.